‘Joker’: un espectacular ejercicio del mejor cine

Dicen muchos críticos de cine que toda película es hija el momento en que se ha realizado. Igualmente, otros creen han quedado lejos las épocas donde Hollywood hacía cine de calidad y eso no es del todo cierto, pues se pueden ver cada año películas que nos hacen amar el cine. En el caso de la película “Joker”, tenemos una buena película actual sobre un personaje que todos conocemos.

El cómic, una fuente inagotable para el cine de hoy

Joker es como decíamos al principio fruto de los años en los que estamos viviendo, donde el cómic está siendo una fuente que parece no agotarse para los estudios de cine. El caso es que en la temática que nos cuenta Todd Phillips se habla de una Gotham en donde domina el desencanto, la corrupción en el poder y una distancia cada vez más grande entre las clases.

La película dura dos horas en las que vivimos entre unos años 70 especialmente complicados y el mundo actual, donde el largometraje aprovecha no solo para invitarnos a para un buen rato, también para hacernos pensar, algo que solo el buen cine consigue de verdad. Estamos ante una película que es tiene influencias del presente, pero también del pasado.

El mundo de los cómics DC, siempre han sabido ofrecernos interesantes historias, especialmente en los Elseworlds donde los personajes salen de su canon oficial y pasan a vivir en otras ambientaciones.

El esfuerzo del guionista Scott Silver y Philips como director han querido construir una película en la que huyen de toda referencia, para crear un Joker diferente, más humano de lo común y que han sabido describir con inteligencia.  Si ves la película completa, podrás ver como se describe detalladamente un personaje con el que no podemos sentir más que empatía por él.

Uno de los films del año

Estaremos de acuerdo al verla en que Joker es una película que está teniendo buena prensa y donde los premios como el León de Oro, están más que justificados. Es justo hacer referencia a lo valientes que han sido desde sus estudios, al haberse comprometido con un proyecto que no es fácil, porque se vale de un personaje conocido para estirarlo casi hasta el infinito.  Warner ha facturado un film que es valiente y libre.

La libertad quizá sea la mejor palabra que define a ‘Joker’. El talento ha fluido gracias a un gran trabajo de Joachim Phoenix de altura, donde la puesta en escena y el trabajo de cámara son descomunales. Existe una gran preparación del personaje, pero también un ejercicio admirable de improvisación.

La violencia también es protagonista y no deja de estar presente, como en la vida misma, queriendo alejarse de la moralina y ese tono de rápida ofensa que tan de moda está actualmente.

El cine, cuando es independiente de verdad, tiene la valentía para mostrar, tal y como son a los personajes libremente y abordar temáticas incómodas. Permite que podamos de verdad ser conscientes del entorno en el que vivimos, aunque a mucho les pueda parecer que ven algo que puede entablar peligro.

Estamos demasiado acostumbrados al cine edulcorado y sin grandes pretensiones de las grandes producciones del Hollywood actual y lo cierto es que se agradecen propuestas de este tipo.

No es que ‘Joker’ sea una amenaza, pero síi que puede ser digno de preocupación que el público pueda verse en la situación de identificarse con actitudes tan devastadoras como llega a encontrarse su protagonista, después de que se den cuenta que el clima que hay fuera de esa Gotham imaginaria, no es muy distinto del que podemos vivir en la vida real.

Este trabajo de Todd Phillips es ante todo un ejercicio de cine de actualidad en el que sabe que va a tener que luchar con muchos prejuicios y eso es un ejercicio de valentía.

El personaje principal de la película profundiza en el dualismo y nos muestra como es un inadaptado de la sociedad, que cree vivir lo que realmente ni vive y que pasa a liderar una revuelta en las calles sin haberlo pretendido. ¿En cuántas ocasiones no habrá pasado esto a lo largo de la historia?

Un ‘Joker’ más vivo que nunca

La fotografía, donde reina la palidez al más puro estilo años 70 y el buen trabajo de Phoenix acompañados de la banda sonora donde destacan las piezas de la violonchelista Hildur Guonadóttir nos envuelven en un personaje que puede parecernos patético por momentos pero que está vivo y es más real que nunca.

Si vamos a las lecturas políticas, veremos como el filme ha tenido división de opiniones, quizá por su tramo final, donde daría para un buen debate pensar si es o no reaccionario. El caso es que es una buena película y merece la pena adentrarse en su mundo.